No quiero perdurar como una piedra
resistente a los días y a los años
sino como un mensaje duradero
que recuerde lo que hizo quien pasó,
pero quiso dejar huellas perpetuas.

Cuando uno hoy día sale de la ciudad para emprender un viaje solo ve la carretera sobre la cual viaja. Sin embargo, tiempos hubo en los que el viajero, quizás como ahora hacen los peregrinos de sendas ya consagradas como el Camino de Santiago, pisa el suelo buscando llegar al destino prefijado.

Antiguamente, como también ahora, se disponían los cementerios en las afueras de las ciudades y, con mucha frecuencia en las cunetas de los caminos, donde se extendían inscripciones funerarias que pretendían inmortalizar los pasos de los fallecidos y recordar al viajero su destino tan inexorable como el de aquellos que yacen en sus tumbas.

Nosotros, desde nuestra prolongada actividad coral, hemos tenido la triste experiencia de despedir a no pocos de quienes compartieron con nosotros idéntica afición musical. Desde la última reciente despedida de uno de ellos, que compartió con nosotros momentos de música y amistad, queremos dejar aquí constancia de ellos trayendo palabras esculpidas en lápidas que aún se conservan tras muchísimo tiempo.

Para ello repasamos algunas de entre las miles que han sido recopiladas por estudiosos de las mismas en Carmina Latina Epigraphica. Una de ellas nos parece oportuna ahora para recordar con densidad y contundencia a quienes nos acompañaron algún tiempo.

Romana c(ara) s(uis) an(norum) XX
h(ic) s(ita) e(st) s(it) t(ibi) t(erra) l(evis)
t(e) r(ogo) p(raeteriens)
es bibe lude veni

“Yace aquí Romana, muerta a los veinte años y querida por los suyos. Pido a quien pase por aquí que coma, beba, se divierta y venga.”

Lejos de nosotros pretender que la vida sea solo un goce superficial sin otro sentido más profundo, Más bien queremos con esas breves palabras incidir en la plenitud de una vida en la que antes de llegar s su fin inexorable es capaz de añadir a sus ineludibles exigencias físicas un apartado “LUDE”, diviértete. Algo así como lo que todos cuantos compartimos nuestra afición coral pretendemos conseguir durante las horas semanales de canto coral.

Sin duda es un tesoro que enriquece nuestro paso por la vida.