No hace mucho que escuchábamos a los Philipine Madrigal Singers con la absoluta convicción de estar ante un grupo excepcional en todos los aspectos. Como prueba de ello podemos ver esta interpretación, de la que el primer comentarista en YouTube dice:
“He cantado esta partitura muchas veces, he escuchado a coros de todo el mundo interpretar esta música, pero, con respeto a todos ellos, esta versión de los Philippine Madrigal Singers es algo que supera la más sublime e inmensa de las plegarias. Su interpretación es celestial e inalcanzable.”
Componía esta célebre obra Bepi de Marzi en 1958 en recuerdo de su amigo Bepi Bertagnoli que falleció en 1951 mientras escalaba el Monte Piatta en el Alto Valle del Chiampo. En ella expresaba el deseo de que en el más allá un Dios bondadoso le permitiera seguir escalando sus mejores montañas.
En medio del silencio reflexivo del amanecer, uno no puede menos que recordar tantos y tantos amigos, compañeros y conocidos que nos fueron dejando las huellas de sus pasos ya sin su presencia física. Son ya siete los que marcharon durante estos treinta y ocho años de vida de nuestra coral y no estará de más dedicarles aquí el más afectuoso de nuestros recuerdos al calor de esta letra que nos hemos permitido versificar forzadamente.
SIGNORE DELLE CIME SEÑOR DE LAS CUMBRES Dio del cielo, Dios del cielo, señor de toda cumbre, Signore delle cime, potente tu voz llamó a nuestro amigo un nostro amico y su eco terrible, cruel castigo, hai chiesto a la montagna. le arrastró vertical a alta techumbre. Ma ti preghiamo: Lejos por fin ya de esta podredumbre, Su nel Paradiso permítele, buen Dios, que allá contigo, lascialo andare tenga un monte también, de paz testigo, per le tue montagne. para andar y trepar sin pesadumbre.